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Nuestra Calle
La Calle Vea Murguía, ubicada en Cádiz, tiene una historia interesante que se remonta a su origen y evolución a lo largo del tiempo. En 1909, esta calle pasó a llamarse «Vea Murguía», en honor a una familia que dejó una marca significativa en la ciudad. Los hermanos Juan, Miguel, Alejandro y Basilia Vea Murguía son recordados en Cádiz por su contribución a la creación de la Factoría Naval Gaditana en 1888. A pesar de que la factoría solo estuvo en funcionamiento por un breve período, su impacto en la ciudad perduró en el tiempo.
En las inmediaciones de la Plaza de San Antonio, en el barrio del Mentidero, se encuentra la Calle Vea Murguía, un lugar que ha sido testigo de importantes eventos a lo largo de la historia de Cádiz. Esta zona fue el centro neurálgico de la ciudad durante muchos años y alberga el oratorio de San Felipe Neri, un templo barroco que destaca por su altar mayor con una Inmaculada de Murillo. Además, este lugar tuvo un papel relevante en 1812, cuando fue sede de las Cortes de Cádiz, que redactaron importantes documentos para la historia de España.
La historia de la Calle Vea Murguía 23 en Cádiz se entrelaza con la riqueza cultural e histórica de la ciudad. Esta calle es parte de un entorno lleno de tiendas, librerías y cafés históricos que contribuyen a su encanto y la convierten en un lugar ideal para disfrutar de la cultura y la historia de la región. Sitios turísticos cercanos, como el Teatro Colón y el Palacio de las Aguas Corrientes, enriquecen aún más la experiencia de quienes visitan esta zona emblemática de Cádiz
LA «TACITA DE PLATA»
Considerada la ciudad más antigua de Occidente
La “Tacita de Plata” es considerada la ciudad más antigua de Occidente. Su fundación (1100 a. C.) se debe a los fenicios, pueblo marinero que haría de Gadir una importante colonia comercial en la que se asentaron posteriormente cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes. Urbe es cosmopolita y abierta. Colón escogió su puerto como punto de partida para su segundo viaje al Nuevo Mundo. La ciudad se convertiría, tras el declive del puerto de Sevilla, en puerto de Indias, aglutinando el flujo mercantil con América.
Esta frenética actividad comercial se tradujo en una etapa de esplendor económico y cultural, en la que se erigen los palacios barrocos con sus características torres miradores. La catedral, visible desde el mar, en especial su cúpula recubierta de azulejos dorados, encaja a la perfección con la fisonomía gaditana de aires coloniales. Combina los estilos barroco y neoclásico y su tesoro es de los más importantes de España. El intenso comercio con las Indias despertó la codicia de los piratas haciendo necesario que la ciudad se fortificara. Los restos del primitivo, aunque remodelado sistema defensivo de fuegos cruzados ideado por Vauban, conforman una parte importante de la riqueza patrimonial de Cádiz. Las Puertas de Tierra conservan a ambos lados lienzos de muralla y baluartes como los de San Roque y Santa Elena.
Un paseo por el Campo del Sur permite contemplar los baluartes defensivos de Los Mártires y Capuchinos, junto a La Caleta, escoltada por los castillos de San Sebastián y Santa Catalina. En dirección a la Alameda Apodaca, pueden admirarse el baluarte de la Candelaria y las murallas de San Carlos. Las murallas de las Puertas de Tierra separan claramente la ciudad nueva ganada al mar, estructurada a lo largo de una gran avenida y de su extenso y ambientado paseo marítimo, de la antigua. El casco histórico posee calles estrechas y pequeñas plazas con barrios tan populares como La Viña – el de los pescadores, el Mentidero, Santa María (verdadera sede del cante flamenco) y El Pópulo.
En las inmediaciones de la plaza de San Antonio, en el barrio del Mentidero, que fue durante muchos años el centro neurálgico de la ciudad, se sitúa el oratorio de San Felipe Neri, templo barroco que cuenta en su altar mayor con una Inmaculada de Murillo. Fue sede en 1812 de las Cortes de Cádiz, donde se redactó la primera Constitución española, apodada “la Pepa” por el día de su nacimiento (el de San José). Muy conocida es la plaza Mina, sede del museo de Cádiz, con sus famosos sarcófagos fenicios y unos fondos en su sección de Bellas Artes que la convierten en una de las más importantes pinacotecas del país. La calle Zorrilla, la calle de los bares de tapas por excelencia, conduce hasta el perfecto mirador sobre el mar constituido por los Jardines de la alameda Apodaca y el parque Genovés. Dando un paseo se llega al puerto de Cádiz, escala habitual de cruceros turísticos entre el Mediterráneo y el Atlántico.
Parking
En el caso de que necesite estacionar su vehículo, le informamos de los parking cercanos:Parking San Antonio (2” caminando)Parking Santa Barbara (4” caminando)Parking Reina Sofia (10” caminando)Si usted lo desea, puede venir antes al Palacete, dejar su equipaje y posteriormente ir a estacionar su vehículo.